Galería de Imágenes del Viernes de Dolores, 2017
La mañana de aquel viernes olía diferente. Las manecillas de todos los relojes avanzaban lentamente, gustándose, regodeándose en el tiempo. No había prisas hoy, ahora. La cita estaba dada; allí donde un nazareno esperaba impaciente, donde un cirio se derretía en la espera, donde las aceras estaban más ocupadas que nunca, donde una manos atadas querían mostrarse a todos…
A lo lejos, bullía un ejército de azules ilusiones blandiendo sus armas henchidas de secretas voces, musicales aperos para sembrar el aire de mayúsculos sones…el ímpetu sofocado con un deseado presente…y, saludando al barrio, el índigo de gráciles plumas aleteando, suaves, en una apetecible brisa que invitaba a soñar el instante…deseado instante.
Y nosotros allí, a sus pies, a su lado, detrás del árbol que esconde su figura…tras las ramas que mecen el dolor de su abandono.
Toda una eternidad de amor pasando ante nosotros.
Justo Rodríguez